martes, 10 de marzo de 2009

Págalo pomarino

El domingo pasado tuve, por primera vez, la oportunidad de ver muy de cerca una especie que me encanta personalmente. Y como premio, no fue un ejemplar, fueron dos. El págalo pomarino (Stercorarius pomarinus) que cría en la tundra ártica, pero que sin embargo podemos ver en migración por el Estrecho de Gibraltar. En estas fechas, los ejemplares que vinieron al Mediterráneo a sus cuarteles de invernada, salen de él para volver a sus nidos siberianos.

Los págalos, entre las aves marinas, son bastante grandes e incluso parecidas a rapaces. Tienen una gran variedad de plumajes y coloraciones, por lo que desde el punto de vista de la identificación, lo mejor es atender a su forma, su estructura corporal. Los págalos en general tienen una marca blanca en las alas, debido a los raquis blancos de las plumas, asi como a las bases blancas de las primarias. Anidan en el suelo y se alimentan de despojos que puedan encontrar o acosando a otras especies en vuelo hasta hacerles regurgitar la comida.

En lo que se refiere a nuestro amigo el págalo pomarino, en vuelo es poco más pequeño que el págalo grande o una patiamarilla, pero más grande y robusto que el parásito. Cuando son adultos presentan también una "cuchara" en sus rectrices centrales, que se alargan unos 8 centímetros más que el resto. Cuando son de morfo claro, tienen el dorso oscuro y el vientre claro, y por contra las mejillas y el collar de un color crema.



Sin embargo, en su forma oscura, que es menos común, tienen el cuerpo de un color pardo oscuro casi uniforme.

El inmaduro y el joven tienen un moteado marrón oscuro:



Ver un págalo pomarino en una jornada de avistamiento de aves marinas es todo un lujo y un placer, y si el ejemplar está cerca, se convierte en todo un espectáculo.

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