He tenido la idea de crear esta nueva entrada para poder dar un poco de luz a un camino que a veces es tortuoso: cómo empezar un cuaderno de campo... Está muy bien tener un cuaderno de campo virtual, pero no siempre es posible llevarse la torre, el ratón, el teclado y el monitor al campo o incluso llevarse el portátil a una jornada de avistamiento de aves marinas desde embarcación, por lo que lo más recomendable es tener un cuaderno de campo, pero cuaderno de verdad, de papel, con sus hojas y eso... Es mucho más fatigoso, pero merece la pena. De lo tecnológico nos olvidamos antes o después, perdemos la contraseña o simplemente lo almacenamos en un cd que pasó al olvido. El papel quedará ahí. Siempre.
Y bien, ahora, lo primero: el cuaderno. Lo recomendable es tamaño cuartilla u octavilla y de bastantes hojas. De nada nos servirá que sea muy finito porque lo acabaremos enseguida o que sea muy grande y sea una cosa muy engorrosa de llevar de una lado para otro. Ahora bien, abrimos la primera página y... ¿qué escribimos? Aquí cada uno es libre de escribir lo que le parezca en su jornada de campo, pero varias cosas las considero imprescindibles: el lugar, la fecha, la hora y las condiciones meteorológicas (o el estado de la marea en caso de marismas o playas) . Todos ellos son factores que van a influir en nuestra observación, por lo que es muy conveniente anotarlos.
En lo que se refiere a las especies, una idea sería escribir la totalidad de las observadas en la jornada o simplemente aquellas que nos parezcan relevantes. Sería también interesante anotar cuando una especie la reconocemos por su canto, la hayamos visto o no. Con el tiempo nos iremos dando cuenta de que el número de especies reconocidas por el canto irá aumentando y esto sin duda nos dará una gran satisfacción. Por otro lado, escribir notas sobre individuos con alguna particularidad también es muy interesante (por ejemplo si vemos un individuo de ostrero con albinismo parcial). La primera vez que se observa una especie (y esto es algo que yo particularmente siempre algo) podemos describirla: su apariencia, cómo la hemos identificado, en qué nos hemos fijado, dónde la hemos visto, qué actitud tenía... Son cosas que, escritas por nosotros mismos, nos ayudarán a identificarla en posteriores ocasiones. Y ya, si nos atrevemos, dibujar de vez en cuando nos ayudará a identificar algunas especies por sus rasgos característicos y también veremos como nuestras capacidades plásticas irán mejorando con el tiempo.
Por otro lado, podríamos obviar la idea de la lista de especies y pasar a algo más del estilo de un diario de campo, es decir, escribir una especie de diario personal en el que contamos nuestra experiencia a lo largo del día: con quién hemos estado, dónde hemos ido, qué itinerario hemos hecho, un resumen de la jornada en lo que a especies se refiere haciendo especial mención a aquellas más interesantes...
Cada uno es libre de qué escribir en su cuaderno de campo. Es algo personal y como tal es totalmente subjetivo y sujeto a nuestra manera de pensar y de entender la vida y el campo. Yo particularmente encuentro más interesante el primer modelo de cuaderno de campo, es el que yo llevo personalmente y además os permitirá ver como cambian las especies entre unas condiciones u otras en el mismo sitio y por supuesto la fenología, pues vereis como unas desaparecen por completo para dar paso a otras.
¡Animaos y comenzad vuestro propio cuaderno de campo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario