Atlas, un alimoche adulto que fue marcado por WWF con un localizador vía satélite, fue hallado muerto en una finca extremeña. La señal mantuvo la misma posición durante 72 horas, lo que hizo sospechar que algo no andaba bien.
Atlas, que había superado parques eólicos, cables eléctricos y disparos, no pudo sin embargo con la mala fe de un individuo que colocó un cordero envenenado (foto de la izquierda) a modo de cebo, para acabar deliberadamente con la vida de estos animales.
Además se encontraron 12 individuos más (otros dos alimoches, cuatro buitres negros, cuatro leonados y dos ratoneros) escondidos dentro de los troncos vacíos de varias encinas.
El uso de cebos tóxicos está tipificado en el Código Penal y actualmente es una de las principales amenazas para una especie tan sensible como el alimoche.
Si Atlas no hubiera sido marcado, probablemente su asesino (y el de varios animales más) ahora estaría tan pancho en su casa viendo la televisión o preparando más "corderos mortales". Esperemos que su muerte sirva al menos para evitar la de muchas otras aves. Descanse en paz.
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