He tenido la idea de crear esta nueva entrada para poder dar un poco de luz a un camino que a veces es tortuoso: cómo empezar un cuaderno de campo... Está muy bien tener un cuaderno de campo virtual, pero no siempre es posible llevarse la torre, el ratón, el teclado y el monitor al campo o incluso llevarse el portátil a una jornada de avistamiento de aves marinas desde embarcación, por lo que lo más recomendable es tener un cuaderno de campo, pero cuaderno de verdad, de papel, con sus hojas y eso... Es mucho más fatigoso, pero merece la pena. De lo tecnológico nos olvidamos antes o después, perdemos la contraseña o simplemente lo almacenamos en un cd que pasó al olvido. El papel quedará ahí. Siempre.
Y bien, ahora, lo primero: el cuaderno. Lo recomendable es tamaño cuartilla u octavilla y de bastantes hojas. De nada nos servirá que sea muy finito porque lo acabaremos enseguida o que sea muy grande y sea una cosa muy engorrosa de llevar de una lado para otro. Ahora bien, abrimos la primera página y... ¿qué escribimos? Aquí cada uno es libre de escribir lo que le parezca en su jornada de campo, pero varias cosas las considero imprescindibles: el lugar, la fecha, la hora y las condiciones meteorológicas (o el estado de la marea en caso de marismas o playas) . Todos ellos son factores que van a influir en nuestra observación, por lo que es muy conveniente anotarlos.
En lo que se refiere a las especies, una idea sería escribir la totalidad de las observadas en la jornada o simplemente aquellas que nos parezcan relevantes. Sería también interesante anotar cuando una especie la reconocemos por su canto, la hayamos visto o no. Con el tiempo nos iremos dando cuenta de que el número de especies reconocidas por el canto irá aumentando y esto sin duda nos dará una gran satisfacción. Por otro lado, escribir notas sobre individuos con alguna particularidad también es muy interesante (por ejemplo si vemos un individuo de ostrero con albinismo parcial). La primera vez que se observa una especie (y esto es algo que yo particularmente siempre algo) podemos describirla: su apariencia, cómo la hemos identificado, en qué nos hemos fijado, dónde la hemos visto, qué actitud tenía... Son cosas que, escritas por nosotros mismos, nos ayudarán a identificarla en posteriores ocasiones. Y ya, si nos atrevemos, dibujar de vez en cuando nos ayudará a identificar algunas especies por sus rasgos característicos y también veremos como nuestras capacidades plásticas irán mejorando con el tiempo.
Por otro lado, podríamos obviar la idea de la lista de especies y pasar a algo más del estilo de un diario de campo, es decir, escribir una especie de diario personal en el que contamos nuestra experiencia a lo largo del día: con quién hemos estado, dónde hemos ido, qué itinerario hemos hecho, un resumen de la jornada en lo que a especies se refiere haciendo especial mención a aquellas más interesantes...
Cada uno es libre de qué escribir en su cuaderno de campo. Es algo personal y como tal es totalmente subjetivo y sujeto a nuestra manera de pensar y de entender la vida y el campo. Yo particularmente encuentro más interesante el primer modelo de cuaderno de campo, es el que yo llevo personalmente y además os permitirá ver como cambian las especies entre unas condiciones u otras en el mismo sitio y por supuesto la fenología, pues vereis como unas desaparecen por completo para dar paso a otras.
¡Animaos y comenzad vuestro propio cuaderno de campo!
domingo, 22 de marzo de 2009
Mariposa arlequín (Zerynthia rumina)
No sólo las aves tienen espacio en este blog. A veces sales a dar una vuelta, cámara en mano, y te encuentras cosas interesantes. En el pinar de la Algaida (Puerto Real), encontré un par de mariposas arlequín. Una de ellas escapó rápidamente, la otra sin embargo se dejó fotografiar bastante bien. Aquí van un par de fotos:
Mariposa arlequín Zerynthia rumina Spanish Festoon
Mariposa arlequín Zerynthia rumina Spanish Festoon
Vuelvepiedras (Arenaria interpres)
El vuelvepiedras es una limícola mediana, que frecuenta nuestras costas, sobretodo con la llegada del invierno. Su nombre, como es fácil de imaginar, le viene de su manera de alimentarse, pues gira las piedras o las algas que encuentra para obtener el alimento. Nidifican en el suelo.
En vuelo es un ave de apariencia general oscura en su dorso, que contrasta mucho con su blanco vientre. Destacan en su dorso, la franja alar blanca, el triángulo de la base del ala y la base de la cola, también blancas. Suelen volar formando pequeños bandos a baja altura.
En vuelo es un ave de apariencia general oscura en su dorso, que contrasta mucho con su blanco vientre. Destacan en su dorso, la franja alar blanca, el triángulo de la base del ala y la base de la cola, también blancas. Suelen volar formando pequeños bandos a baja altura.
En estas fechas encontramos individuos adultos con plumaje nupcial y no nupcial. Cuando pasan del no nupcial al nupcial, su cabeza se vuelve mucho más blanca y el dorso adquiere un tono castaño muy llamativo, en comparación con el individuo adulto con plumaje no nupcial que tiene cabeza y dorso negros. Son aves un poco confiadas, por lo que es fácil encontrarlas cerca de la actividad humana.
jueves, 19 de marzo de 2009
Halcón abejero (Pernis apivorus)
En pocas fechas el halcón abejero llegará en masa a la Península Ibérica procedente de África. A diferencia de otras rapaces, este "falso halcón" concentra su paso en migración prenupcial en pocos días, por lo que se simplifica su conteo y también la eficacia de éste.
No tiene nada que ver con los halcones, a pesar de su nombre. En vuelo la similitud con un ratonero es enorme y a menudo dificulta su identificación, aunque el halcón abejero presenta una silueta algo más esbelta y una cabeza mas fina y alargada que el ratonero. Al igual que el éste, presenta un amplio espectro de plumajes distintos. Tiene un tamaño y envergadura similares a los del milano negro o el propio ratonero, siendo la hembra un poco más grande (como en la mayoría de rapaces), aunque no se distingue un dimorfismo sexual en la especie.
Como curiosidad, y debido a su dieta a base de abejas y avispas (a pesar de su nombre se alimenta más de avispas que de abejas [a este punto es de recibo preguntarse por qué "halcón" y "abejero"]), cabe decir que poseen plumas escamosas alrededor del pico y los ojos, protegiendo estas zonas de los posibles picotazos.
El halcón abejero vuelve ahora a los cielos europeos, para nidificar entre mediados de mayo y mediados de junio, para un par de meses después volver al Sur, siendo por tanto el Estrecho de Gibraltar el marco idóneo para contemplar su paso. Suele tener una puesta de dos huevos que eclosionan después de algo más de un mes de incubación. En la Península Ibérica, nidifica la subespecie Pernis apivorus apivorus (la típica) en la cordillera Cantábrica y en los Pirineos, e incluso en alguna zona del centro.
No tiene nada que ver con los halcones, a pesar de su nombre. En vuelo la similitud con un ratonero es enorme y a menudo dificulta su identificación, aunque el halcón abejero presenta una silueta algo más esbelta y una cabeza mas fina y alargada que el ratonero. Al igual que el éste, presenta un amplio espectro de plumajes distintos. Tiene un tamaño y envergadura similares a los del milano negro o el propio ratonero, siendo la hembra un poco más grande (como en la mayoría de rapaces), aunque no se distingue un dimorfismo sexual en la especie.
Como curiosidad, y debido a su dieta a base de abejas y avispas (a pesar de su nombre se alimenta más de avispas que de abejas [a este punto es de recibo preguntarse por qué "halcón" y "abejero"]), cabe decir que poseen plumas escamosas alrededor del pico y los ojos, protegiendo estas zonas de los posibles picotazos.
El halcón abejero vuelve ahora a los cielos europeos, para nidificar entre mediados de mayo y mediados de junio, para un par de meses después volver al Sur, siendo por tanto el Estrecho de Gibraltar el marco idóneo para contemplar su paso. Suele tener una puesta de dos huevos que eclosionan después de algo más de un mes de incubación. En la Península Ibérica, nidifica la subespecie Pernis apivorus apivorus (la típica) en la cordillera Cantábrica y en los Pirineos, e incluso en alguna zona del centro.
Alcatraz atlántico (Morus bassanus)
Los alcatraces son aves marinas de gran tamaño, superando los 90 centímetros de longitud y casi alcanzando los dos metros de envergadura. Encuentra su hábitat idóneo cerca de las costas, aunque también puede ser pelágico. Cría en extensas colonias en islotes y acantilados del Atlántico Norte, concentrándose especialmente en el Oeste de Escocia (St. Kilda).
En lo que a su identificación se refiere, podemos decir que cuando adquiere su plumaje adulto, esta especie es inconfundible. Su forma estilizada y puntiaguda y su característico vuelo, hacen que esta especie sea fácilmente distinguible incluso a largas distancias y por ojos no muy expertos. Su vuelo en migración con viento podría recordar al de una pardela cenicienta, raseando el agua para luego remontar y posteriormente volver a ras de agua.
Se pueden distinguir cuatro grupos de edad: primer invierno (o joven), segundo invierno, tercer invierno, cuarto invierno y finalmente adulto.
El ejemplar de primer invierno tiene un característico color chocolate, muy oscuro y sin prácticamente contrastes. Observado de cerca se aprecia un moteado muy bonito.
En su segundo inverno, el vientre comienza a ser blanco, incluso la cabeza, y puede presentar un llamativo collar chocolate.
En su tercer invierno, se podría definir como un "dálmata" marino, puesto que presenta un moteado blanco y negro por todo el cuerpo, aunque ya la cabeza presenta su final plumaje adulto.
Justo antes de adquirir el plumaje definitivo, podemos distinguir todavía el llamado cuarto invierno. El individuo muestra prácticamente su plumaje adulto pero algunas secundarias son todavía negras, dándole una apariencia de "piano".
En lo que a su identificación se refiere, podemos decir que cuando adquiere su plumaje adulto, esta especie es inconfundible. Su forma estilizada y puntiaguda y su característico vuelo, hacen que esta especie sea fácilmente distinguible incluso a largas distancias y por ojos no muy expertos. Su vuelo en migración con viento podría recordar al de una pardela cenicienta, raseando el agua para luego remontar y posteriormente volver a ras de agua.
Se pueden distinguir cuatro grupos de edad: primer invierno (o joven), segundo invierno, tercer invierno, cuarto invierno y finalmente adulto.
El ejemplar de primer invierno tiene un característico color chocolate, muy oscuro y sin prácticamente contrastes. Observado de cerca se aprecia un moteado muy bonito.
En su segundo inverno, el vientre comienza a ser blanco, incluso la cabeza, y puede presentar un llamativo collar chocolate.
En su tercer invierno, se podría definir como un "dálmata" marino, puesto que presenta un moteado blanco y negro por todo el cuerpo, aunque ya la cabeza presenta su final plumaje adulto.
Justo antes de adquirir el plumaje definitivo, podemos distinguir todavía el llamado cuarto invierno. El individuo muestra prácticamente su plumaje adulto pero algunas secundarias son todavía negras, dándole una apariencia de "piano".
miércoles, 18 de marzo de 2009
Pito negro (Dryocopus martius)
Cada viaje me depara siempre alguna sorpresa. El Parco del Ticino, a pocos kilómetros de Binasco (Milán). Salí sólo a dar un paseo, sin fines ornitológicos. Además, el aspecto austero de la zona no daba lugar a pensar que allí pudiera encontrar algo de relativa importancia. Los árboles altos, secos, sin hojas... con sus largos troncos sin ramas en sus primeros metros de altura... Sólo se escuchaba el canto de algunos carboneros que frecuentan esta zona del norte de Italia, las más que abundantes cornejas cenicientas y de vez en cuando se dejaba ver algún cormorán grande o alguna garza... por lo demás nada, solo el murmullo del agua a su paso, que aunque tranquila en apariencia, generaba una corriente increíble.
Me dispuse a volver, ya al atardecer, y entonces vi lo que nisiquiera iba buscando. Su silueta me recordó a la de una corneja cenicienta, pero éste no tenía ningún contraste, era negro entero. En su escapada al vuelo, dejó atrás una metálica y cíclica voz, que unida a su morfología, convertía su identificación en algo fácil...
El pito negro (Dryocopus martius) es uno de los picos (comunmente conocidos como pájaros carpinteros) que frecuentan la geografía europea. En España lo podemos encontrar en la mitad norte, mientras que en Italia sólo lo encontramos si nos damos un paseo por los Alpes y raramente por los Apeninos. Este ejemplar, sin embargo, sí que se dejó caer un poco más al sur de la Val d'Aosta, hasta el Parco del Ticino.
Me dispuse a volver, ya al atardecer, y entonces vi lo que nisiquiera iba buscando. Su silueta me recordó a la de una corneja cenicienta, pero éste no tenía ningún contraste, era negro entero. En su escapada al vuelo, dejó atrás una metálica y cíclica voz, que unida a su morfología, convertía su identificación en algo fácil...
El pito negro (Dryocopus martius) es uno de los picos (comunmente conocidos como pájaros carpinteros) que frecuentan la geografía europea. En España lo podemos encontrar en la mitad norte, mientras que en Italia sólo lo encontramos si nos damos un paseo por los Alpes y raramente por los Apeninos. Este ejemplar, sin embargo, sí que se dejó caer un poco más al sur de la Val d'Aosta, hasta el Parco del Ticino.
martes, 10 de marzo de 2009
Págalo pomarino
El domingo pasado tuve, por primera vez, la oportunidad de ver muy de cerca una especie que me encanta personalmente. Y como premio, no fue un ejemplar, fueron dos. El págalo pomarino (Stercorarius pomarinus) que cría en la tundra ártica, pero que sin embargo podemos ver en migración por el Estrecho de Gibraltar. En estas fechas, los ejemplares que vinieron al Mediterráneo a sus cuarteles de invernada, salen de él para volver a sus nidos siberianos.
Los págalos, entre las aves marinas, son bastante grandes e incluso parecidas a rapaces. Tienen una gran variedad de plumajes y coloraciones, por lo que desde el punto de vista de la identificación, lo mejor es atender a su forma, su estructura corporal. Los págalos en general tienen una marca blanca en las alas, debido a los raquis blancos de las plumas, asi como a las bases blancas de las primarias. Anidan en el suelo y se alimentan de despojos que puedan encontrar o acosando a otras especies en vuelo hasta hacerles regurgitar la comida.
En lo que se refiere a nuestro amigo el págalo pomarino, en vuelo es poco más pequeño que el págalo grande o una patiamarilla, pero más grande y robusto que el parásito. Cuando son adultos presentan también una "cuchara" en sus rectrices centrales, que se alargan unos 8 centímetros más que el resto. Cuando son de morfo claro, tienen el dorso oscuro y el vientre claro, y por contra las mejillas y el collar de un color crema.
Los págalos, entre las aves marinas, son bastante grandes e incluso parecidas a rapaces. Tienen una gran variedad de plumajes y coloraciones, por lo que desde el punto de vista de la identificación, lo mejor es atender a su forma, su estructura corporal. Los págalos en general tienen una marca blanca en las alas, debido a los raquis blancos de las plumas, asi como a las bases blancas de las primarias. Anidan en el suelo y se alimentan de despojos que puedan encontrar o acosando a otras especies en vuelo hasta hacerles regurgitar la comida.
En lo que se refiere a nuestro amigo el págalo pomarino, en vuelo es poco más pequeño que el págalo grande o una patiamarilla, pero más grande y robusto que el parásito. Cuando son adultos presentan también una "cuchara" en sus rectrices centrales, que se alargan unos 8 centímetros más que el resto. Cuando son de morfo claro, tienen el dorso oscuro y el vientre claro, y por contra las mejillas y el collar de un color crema.
Sin embargo, en su forma oscura, que es menos común, tienen el cuerpo de un color pardo oscuro casi uniforme.
El inmaduro y el joven tienen un moteado marrón oscuro:
Ver un págalo pomarino en una jornada de avistamiento de aves marinas es todo un lujo y un placer, y si el ejemplar está cerca, se convierte en todo un espectáculo.
sábado, 7 de marzo de 2009
Jornada RAM en la Isla de Tarifa
Interesante jornada RAM la de hoy. Aunque no hemos tenido un paso migratorio fuerte en cuanto a cantidad de aves, sí que ha sido interesante desde el punto de vista de la variedad.
Hemos tenido un paso de alcatraces saliendo al Atlántico, relativamente fuerte, en su gran mayoría adultos y muy muy pocos individuos de primer año. En cuanto a las pardelas, suaves flujos; el de baleares saliendo del Mediterráneo al Atlántico y el de cenicientas al contrario, para ocupar sus islotes de anidada en el Mare Nostrum.
En lo que se refiere a álcidos, hemos conteado alcas y frailecillos saliendo al Atlántico. Sin embargo, lo interesante empieza con los págalos. Hemos tenido un continuo goteo de págalos grandes al Oeste, así como un págalo parásito y dos págalos pomarinos en fase oscura, todos ellos al Oeste.
A destacar también flujos migratorios de anátidas al Este, entre ellas, cercetas carretonas o negrones, y dos cormoranes moñudos que pasaron muy cerca de nosotros al Este.
En relación a las gaviotas, movimiento continuo de patiamarillas y solo una gaviota de Audouin adulta.
Dado lo privilegiado de nuestro punto de observación, pudimos presenciar la entrada de rapaces a Europa en su migración prenupcial. Algunos milanos negros y un par de aguiluchos laguneros se vieron ayudados del viento de NW para salir de África y llegar a nuestras costas sin hacer demasiada fatiga.
Con esto, cierro cuatro meses consecutivos de seguimiento de aves marinas en la Isla de Tarifa, formando parte de las jornadas RAM, y dejaré que sean otros los que en próximas fechas tengan la oportunidad de gozar de esta experiencia.
Hasta pronto...
Hemos tenido un paso de alcatraces saliendo al Atlántico, relativamente fuerte, en su gran mayoría adultos y muy muy pocos individuos de primer año. En cuanto a las pardelas, suaves flujos; el de baleares saliendo del Mediterráneo al Atlántico y el de cenicientas al contrario, para ocupar sus islotes de anidada en el Mare Nostrum.
En lo que se refiere a álcidos, hemos conteado alcas y frailecillos saliendo al Atlántico. Sin embargo, lo interesante empieza con los págalos. Hemos tenido un continuo goteo de págalos grandes al Oeste, así como un págalo parásito y dos págalos pomarinos en fase oscura, todos ellos al Oeste.
A destacar también flujos migratorios de anátidas al Este, entre ellas, cercetas carretonas o negrones, y dos cormoranes moñudos que pasaron muy cerca de nosotros al Este.
En relación a las gaviotas, movimiento continuo de patiamarillas y solo una gaviota de Audouin adulta.
Dado lo privilegiado de nuestro punto de observación, pudimos presenciar la entrada de rapaces a Europa en su migración prenupcial. Algunos milanos negros y un par de aguiluchos laguneros se vieron ayudados del viento de NW para salir de África y llegar a nuestras costas sin hacer demasiada fatiga.
Con esto, cierro cuatro meses consecutivos de seguimiento de aves marinas en la Isla de Tarifa, formando parte de las jornadas RAM, y dejaré que sean otros los que en próximas fechas tengan la oportunidad de gozar de esta experiencia.
Hasta pronto...
jueves, 5 de marzo de 2009
La vida te da sorpresas, sooorpresas te da la vida...
Como la vida es así de caprichosa, sales una tarde a pajarear porque te aburres en tu casa y no hay ningún amigo disponible. En vez de ir a ver a tus queridas amigas las limícolas o incluso las gaviotas, te vas al pinar de La Algaida, junto a la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de Puerto Real (Cádiz). Ves un inmaduro de espátula en la lagunita de entrada al pinar y casi casi te das ya por satisfecho, pero es entonces cuando escuchas lo que aparentemente parece una cotorra, muy chillona... te pica la curiosidad y vas a ver qué clase de pájaro está chillando de esa manera... tras un poco de investigación entre pinos, te encuentras con esto:
Sí señor, todo un críalo europeo, donde menos te lo esperabas... y no era el único, puesto que ví al menos otros dos más y aún se escuchaba alguno más de fondo. No lo había visto nunca, pero no dudé a la hora de identificar un bicho así... Simplemente precioso, aunque para mi gusto tiene una voz que no se la merece jeje. Ahora me doy cuenta de que el que le puso su nombre científico (Clamator glandarius), no lo hizo por gusto... Distinguí también que entre los individuos allí presentes, también había juveniles. No debe ser coincidencia, que hace ya unos años, empezaba a llamar la atención ver alguna urraca por la universidad y que ahora que empiezan a verse con mucha asiduidad, aparezca nuestro querido amigo el críalo europeo a parasitarle el nido.
¡Ah! ¡Y ya casi se me olvidaba! Justo antes de descubrir a mi amiguete el críalo por los pinos, tuve el privilegio de ver otra especie que no había visto hasta el momento:
Dos bonitos carboneros garrapinos (Parus ater) de la subespecie britannicus, que es la que tenemos en la Península Ibérica. Es básicamente el primo desteñido del carbonero común, que ahora se está dejando ver bastante por los jardines de la facultad.
Como no hay dos sin tres, al día siguiente volví al mismo pinar a volver a ver al críalo. Tras una intensa búsqueda, volví a localizarlo. Pero con lo que yo no contaba era con ver una nueva especie para mí, la tercera en dos días:
Estaba lejos, pero su tono verdoso general y su píleo rojo tan llamativo le delataron. El pito real o Picus viridis es una especie bastante huidiza, de ahí que, aunque a menudo se le pueda escuchar, no es tan fácil llegar a verla directamente.
En definitiva, han sido tres inesperadamente intensos días de pajareo.
Sí señor, todo un críalo europeo, donde menos te lo esperabas... y no era el único, puesto que ví al menos otros dos más y aún se escuchaba alguno más de fondo. No lo había visto nunca, pero no dudé a la hora de identificar un bicho así... Simplemente precioso, aunque para mi gusto tiene una voz que no se la merece jeje. Ahora me doy cuenta de que el que le puso su nombre científico (Clamator glandarius), no lo hizo por gusto... Distinguí también que entre los individuos allí presentes, también había juveniles. No debe ser coincidencia, que hace ya unos años, empezaba a llamar la atención ver alguna urraca por la universidad y que ahora que empiezan a verse con mucha asiduidad, aparezca nuestro querido amigo el críalo europeo a parasitarle el nido.
¡Ah! ¡Y ya casi se me olvidaba! Justo antes de descubrir a mi amiguete el críalo por los pinos, tuve el privilegio de ver otra especie que no había visto hasta el momento:
Dos bonitos carboneros garrapinos (Parus ater) de la subespecie britannicus, que es la que tenemos en la Península Ibérica. Es básicamente el primo desteñido del carbonero común, que ahora se está dejando ver bastante por los jardines de la facultad.
Como no hay dos sin tres, al día siguiente volví al mismo pinar a volver a ver al críalo. Tras una intensa búsqueda, volví a localizarlo. Pero con lo que yo no contaba era con ver una nueva especie para mí, la tercera en dos días:
Estaba lejos, pero su tono verdoso general y su píleo rojo tan llamativo le delataron. El pito real o Picus viridis es una especie bastante huidiza, de ahí que, aunque a menudo se le pueda escuchar, no es tan fácil llegar a verla directamente.
En definitiva, han sido tres inesperadamente intensos días de pajareo.
ICAO
o Inspección Costera de Aves Orilladas...
La verdad es que no lo había hecho nunca hasta ahora y es toda una experiencia. Empecé hace ahora casi un mes, después de una Jornada RAM en la Isla de Tarifa, que nos llegamos después a ver una gaviota hiperbórea que había aparecido en la Playa de Los Lances (Tarifa). Allí nos encontramos un ejemplar de gaviota tridáctila (Rissa tridactyla) fresco:
Fue entonces cuando me enteré de la existencia de la ICAO y me picó el gusanillo por el tema. Desde entonces he hecho dos salidas por la Playa de Camposoto, encontrando unas 20 gaviotas tridáctilas, dos de ellas juveniles, y dos fulmares (Fulmarus glaciaris). Este es el primero de ellos:
Como se aprecia en la foto, el cadáver estaba en unas condiciones bastante malas. Pocos metros más adelante, encontré otro, que dentro del mal estado, estaba un poco "menos mal":
Si nos acercamos un poco más, vemos, que junto con el reducido tamaño del animal, su cabeza blanca, sus patas (aunque no se vean en esta foto) y su característico pico de fulmar, nos decantan claramente por esta especie a la hora de identificarla:
El fulmar boreal es un ave marina que en condiciones normales muy raramente se dejaría ver por nuestras latitudes, ya que como dice su propio apellido, frecuenta latitudes más septentrionales. Es sin embargo ahora, con la oleada (nunca mejor dicho) de temporales de viento y lluvia que hemos sufrido, cuando esta especie aparece por nuestras costas, y a menudo se deja ver así, orillada...
La verdad es que no lo había hecho nunca hasta ahora y es toda una experiencia. Empecé hace ahora casi un mes, después de una Jornada RAM en la Isla de Tarifa, que nos llegamos después a ver una gaviota hiperbórea que había aparecido en la Playa de Los Lances (Tarifa). Allí nos encontramos un ejemplar de gaviota tridáctila (Rissa tridactyla) fresco:
Fue entonces cuando me enteré de la existencia de la ICAO y me picó el gusanillo por el tema. Desde entonces he hecho dos salidas por la Playa de Camposoto, encontrando unas 20 gaviotas tridáctilas, dos de ellas juveniles, y dos fulmares (Fulmarus glaciaris). Este es el primero de ellos:
Como se aprecia en la foto, el cadáver estaba en unas condiciones bastante malas. Pocos metros más adelante, encontré otro, que dentro del mal estado, estaba un poco "menos mal":
Si nos acercamos un poco más, vemos, que junto con el reducido tamaño del animal, su cabeza blanca, sus patas (aunque no se vean en esta foto) y su característico pico de fulmar, nos decantan claramente por esta especie a la hora de identificarla:
El fulmar boreal es un ave marina que en condiciones normales muy raramente se dejaría ver por nuestras latitudes, ya que como dice su propio apellido, frecuenta latitudes más septentrionales. Es sin embargo ahora, con la oleada (nunca mejor dicho) de temporales de viento y lluvia que hemos sufrido, cuando esta especie aparece por nuestras costas, y a menudo se deja ver así, orillada...
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