viernes, 20 de noviembre de 2009

La lavandera blanca (Motacilla alba)

Hace ya años, cuando yo apenas era un niño e iba paseando con mi padre, él me señalaba con el dedo a menudo a un pajarito, que no era muy grande, pero tenía una cola muy llamativa, por lo larga que era en relación al cuerpo. Mi padre me decía que los más viejos del lugar la llamaban "pipita canaria". Por entonces, yo no tenía ningún conocimiento en la materia y casi casi los pájaros me eran indiferentes, pero me parecía gracioso aquel bichito con esa cola tan larga y luego contaba orgulloso que yo sabía identificarlo y que se llamaba "pipita canaria"...

La lavandera blanca (Motacilla alba) es la más común de las lavanderas en nuestras tierras, ya que son residentes en toda la Península Ibérica y en general en toda la costa Norte del Mediterráneo. La subespecie que solemos ver es la alba, que como su proprio nombre indica es mucho más blanca que las otras dos subespecies. Con asiduidad la vemos en céspedes, parques, marismas o en general en cualquier hábitat que tenga vegetación de escasa altura o incluso en ausencia de ésta.

Motacilla alba alba ©Pablo Barrena Pavón


A pesar de ser un pajarillo común y que se deja ver con mucha facilidad gracias a su curiosidad, es en esta época del año cuando se nota un claro aumento de su población, ya que aunque se trata de una especie residente, como ya he dicho anteriormente, es parcialmente migradora, y ahora estamos recibiendo la llegada de las poblaciones más septentrionales, que bien se pararán aquí para luego seguir su ruta hasta África, o bien se quedarán una temporadita alimentándose en nuestros campos y ciudades antes de volver al Norte cuando las condiciones allí sean más favorables.

Hace un par de días, ví algo que me llamó poderosamente la atención, ya que al atardecer había un flujo contínuo de estas pequeñas aves pasando justo por encima de mi casa, emitiendo su reconocible reclamo y volando de su peculiar manera, que las hacen inconfundibles. No se trataban de bandos pequeños migrando al Sur, sino de un auténtico contínuo de lavanderas blancas dirigiéndose de manera inequívoca hacia el Centro Comercial Bahía Sur, ya que curiosamente, es en los árboles de su parking dónde estos animales forman sus dormidores, llegando a congregarse en números realmente espectaculares. Es la maravilla de las pequeñas migradoras. No sólo las rapaces y las cigüeñas se merecen llevarse toda la fama por sus llamativas migraciones...

Así que, un invierno más, vuelvo a recibir con gratitud a la "pipita canaria" en mi querida Bahía de Cádiz...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de un día largo de trabajo agotador Las Lavanderas Blancas me han regalado un final del día gratificante. Estoy Hospedado en un Hotel grande muy cerca del campo de futbol del Betis. LLegando al hotel me he sorprendido con una bando de al rededor de un millar de lavanderas blancas entrando a dormir alos arboles del jardín del hotel. Sobre todo le han gustado las Palmeras. Cuando he llegado a la habitación ya no había luz y no9 de podido ver si se trata de la común o la enlutada. Mañana al amanecer saldré de dudas de la ventana de mi habitación.
Buenas noches !

Anónimo dijo...

Muy buenas, esta tarde regando las plantas en mi terraza, he oído como si tuviera un nido de pajaros muy cerca, buscando y buscando he dado con el, diría que son cuatro los polluelos que he visto. Están debajo de una pequeña tarima que hice para ponerla como base de una ducha.
Haciendo la espera callado y sin moverme han venido una pareja de motacillas alba a alimentar a estos polluelos.
Alguna idea de que hacer o no hacer para molestarlos lo menos posible? Les puedo poner algo de comer a la pareja para ayudar a criar a los polluelos??
Gracias y un saludo

Pablo Barrena dijo...

Lo mejor, en la mayoría de casos, es dejar que la naturaleza siga su curso. Los padres ya se encargan de aportar todo el alimento que los polluelos necesitan. No te preocupes, los sacarán adelante.

Julio Rabadán González dijo...

Las lavanderas blancas han tomado la glorieta del Estadio Benito Villamarín (el campo del Betis) y las palmeras aledañas como dormidero regular desde hace años. En concreto este otioño creo que podemos estar hablando de unas dos mil o tres mil de ellas. Impresionante verlas al atardecer.

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