El verdecillo (Serinus serinus) es el más pequeño de los fringílidos que recorren nuestros cielos y a mi entender –y el de otra mucha gente- es el canario peninsular. Tiene una cabeza relativamente grande en comparación con el cuerpo -cosa que le sucede a otros familiares suyos como el verderón común (Carduelis chloris)- y un pico muy muy corto que prácticamente forma un ángulo de 90º. El chamariz -nombre vernáculo del verdecillo en nuestra zona- se alimenta principalmente de grano, aunque puede llegar a capturar invertebrados para alimentar a su prole.
Si prestamos un poco de atención podremos oírlo con facilidad, con su típica voz que recuerda vagamente a un triguero, por su constante y persistente trinar, pero bastante más agudo. En estas fechas se establecen en pinares de porte medio-alto, donde construyen sus nidos.
Comparativa entre sexos: a la izquierda la hembra y a la derecha el macho. |
Por regla general los machos tienen un aspecto mucho más amarillo-verdoso y la frente y la garganta son de color amarillo intenso, mientras que en las hembras presentan un rayado muy acusado. De todos modos los plumajes de ambos sexos pueden ser muy variados y hay muchas tonalidades intermedias que pueden crear confusión –muchas hembras que tienden a amarillear casi como los machos-. En esta foto aparecen dos individuos bastante típicos y con sexos bien diferenciados. Además, en el caso del anillamiento científico, podemos valernos –como también fue este caso- de la placa incubatriz para determinar el sexo, en caso de las hembras que estén inmersas en el proceso de cría.
1 comentario:
Viendo uno al lado de otro te das cuenta de las diferencias. La cuestión es que si sólo viera no creo que me resultara fácil :)
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