He vuelto a casa después de un nuevo viaje a tierras italianas... Atrás quedan los fríos y verdes campos de la Lombardía y el Lazio y me reencuentro primero con los campos de tonos cálidos de Sevilla y la campiña de Jerez, y más tarde con las marismas de la Bahía...
Por el camino, aprovecho el no tener que tocar el volante para disfrutar del paisaje y, porqué no, de las aves que se dejan ver por estas tierras. Algún ratonero posado en su poste eléctrico, esperando desde su privilegiada atalaya el momento en el que abalanzarse sobre una de sus pequeñas víctimas. Una culebrera cernida, que es observada por los cernícalos, que parecen mirarla pensando que esa es más bien tarea suya. Un halcón abejero con todo el esplendor de su vuelo. Pequeños bandos de cigüeñas blancas que se avecinan a los vertederos jerezanos. Alaúdidos, fringílidos, y otros paseriformes, van dando paso a las comunes gaviotas patiamarillas y al negro de los cormoranes que en estas fechas frecuentan nuestras marismas...
He vuelto a casa...
Por el camino, aprovecho el no tener que tocar el volante para disfrutar del paisaje y, porqué no, de las aves que se dejan ver por estas tierras. Algún ratonero posado en su poste eléctrico, esperando desde su privilegiada atalaya el momento en el que abalanzarse sobre una de sus pequeñas víctimas. Una culebrera cernida, que es observada por los cernícalos, que parecen mirarla pensando que esa es más bien tarea suya. Un halcón abejero con todo el esplendor de su vuelo. Pequeños bandos de cigüeñas blancas que se avecinan a los vertederos jerezanos. Alaúdidos, fringílidos, y otros paseriformes, van dando paso a las comunes gaviotas patiamarillas y al negro de los cormoranes que en estas fechas frecuentan nuestras marismas...
He vuelto a casa...
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