jueves, 5 de marzo de 2009

La vida te da sorpresas, sooorpresas te da la vida...

Como la vida es así de caprichosa, sales una tarde a pajarear porque te aburres en tu casa y no hay ningún amigo disponible. En vez de ir a ver a tus queridas amigas las limícolas o incluso las gaviotas, te vas al pinar de La Algaida, junto a la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de Puerto Real (Cádiz). Ves un inmaduro de espátula en la lagunita de entrada al pinar y casi casi te das ya por satisfecho, pero es entonces cuando escuchas lo que aparentemente parece una cotorra, muy chillona... te pica la curiosidad y vas a ver qué clase de pájaro está chillando de esa manera... tras un poco de investigación entre pinos, te encuentras con esto:



Sí señor, todo un críalo europeo, donde menos te lo esperabas... y no era el único, puesto que ví al menos otros dos más y aún se escuchaba alguno más de fondo. No lo había visto nunca, pero no dudé a la hora de identificar un bicho así... Simplemente precioso, aunque para mi gusto tiene una voz que no se la merece jeje. Ahora me doy cuenta de que el que le puso su nombre científico (Clamator glandarius), no lo hizo por gusto... Distinguí también que entre los individuos allí presentes, también había juveniles. No debe ser coincidencia, que hace ya unos años, empezaba a llamar la atención ver alguna urraca por la universidad y que ahora que empiezan a verse con mucha asiduidad, aparezca nuestro querido amigo el críalo europeo a parasitarle el nido.

¡Ah! ¡Y ya casi se me olvidaba! Justo antes de descubrir a mi amiguete el críalo por los pinos, tuve el privilegio de ver otra especie que no había visto hasta el momento:



Dos bonitos carboneros garrapinos (Parus ater) de la subespecie britannicus, que es la que tenemos en la Península Ibérica. Es básicamente el primo desteñido del carbonero común, que ahora se está dejando ver bastante por los jardines de la facultad.

Como no hay dos sin tres, al día siguiente volví al mismo pinar a volver a ver al críalo. Tras una intensa búsqueda, volví a localizarlo. Pero con lo que yo no contaba era con ver una nueva especie para mí, la tercera en dos días:



Estaba lejos, pero su tono verdoso general y su píleo rojo tan llamativo le delataron. El pito real o Picus viridis es una especie bastante huidiza, de ahí que, aunque a menudo se le pueda escuchar, no es tan fácil llegar a verla directamente.

En definitiva, han sido tres inesperadamente intensos días de pajareo.

2 comentarios:

Juan dijo...

Hola,perdón por el retraso pero no me puedo contener a dejar sin comentar esta maravillosa entrada.Es impresionante ver un críalo euopero u la algaida,sinceramente yo simepre me suelo queda por la zona mas cercana valdelagrana,pr la casa de lso toruños,aquellas marimas...y no suelo sobrepasar la parte que sobrepasa el gran puente...¿Se observa un mayor numero de aves por esa zona? porque por esta no paso de gaviotas,cormoranes,alguna que otra cigüeñuela,un martin pescador que siempre anda de un lado para otro,chortilejos...y poco más...y eso si voy un día tranquilo,como me pase un domingo con losciclistas,senderiatas,turistas...etc me despido de ver una pluma jajaaja

De nuevo mis mas sinceras felicitaciones ;)

Pablo Barrena dijo...

Hola Juan. Como ya habrás visto, esta entrada es de hace tres años jeje. Aún así, lo que era válido para entonces, lo sigue siendo para ahora. Hace pocos días vi el primer críalo por la zona y será cuestión de alguna que semana que empiecen a dejarse ver por la Algaida. Se suelen concentrar en buenos números, intentando complicarle un poco la vida a las urracas. La parte del pinar es mucho más rica en paseriformes que la parte de los Toruños. Te recomiendo que de vez en cuando te pases por allí a echar un vistazo, sobre todo en otoño. Gracias por tu seguimiento. Un saludo!

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