domingo, 23 de noviembre de 2008

Salida a la Janda

Hoy ha sido uno de esos días en los que das gracias por no haber sido perezoso y haber resistido a la abrumante fuerza del despertador. Te levantas, coges tus libros, tus prismáticos, te endosas las botas y te haces 60 km para ir a la Laguna de la Janda. ¿Por qué hacer esto un domingo con lo bien que se está en la cama hasta las 12? Es una pregunta con bastante lógica... Pero como dice una amiga mía, la naturaleza, sabía como es, a menudo te lo recompensa... Basta echarle un vistazo al listado de especies de aves (por orden de observación):






Motacilla alba
Buteo buteo
Phoenicorus ochruros
Ciconia ciconia
Ardea cinerea
Saxicola torquata
Milaria calandra
Carduelis carduelis
Egretta garzetta
Plegadis falcinellus
Bubulcus ibis
Ptyonoprogne rupestris
Passer domesticus
Passer pispaniolensis
Falco tinnunculus
Circus aeroginosus
Phalacrocorax carbo
Grus grus (10)
Tringa ochropus
Gallinula chloropus
Columba palumbus
Larus fuscus
Larus michaellis
Larus ridibundus
Vanellus vanellus
Lanius excubitor
Platalea leucorodia
Himantopus himantopus
Ciconia nigra (2)
Alcedo atthis
Phasianus calchicus
Erithacus rubecula
Anas plathyrinchos
Alectoris rufa
Actitis hypoleucos
Pluvialis squatarola
Cisticola juncidis
Galerida cristata
Alauda arvensis
Egretta alba
Gyps fulvus
Carduelis cannabina
Porphyrio porphyrio
Phylloscopus sp.

En definitiva, 44 especies, en el mismo enclave y en el mismo espacio de tiempo, compartiéndolo (como se ve en la foto) como si de estudiantes en un piso de 30 metros se tratase... Yo iba con el deseo de reencontrarme con el Elanio azul y en su lugar me encontré con cientos de moritos, las tan ansiadas avefrías (mi primera vez...), dos cigüeñas negras, diez grullas, una garceta grande, un andarríos grande y un calamón... no es poca cosa...
Si a esto unimos la postrera presencia de un meloncillo que nos miraba como si de un suricata africano se tratase, alzado sobre sus patas traseras, tenemos una mañana de salida campestre de 10...
La Janda siempre te recompensa, siempre con una cosa distinta, y por eso merece la pena levantarse temprano un domingo y dirigirse a sus campos cultivados...

1 comentario:

Carmen Azahara dijo...

Pedazo de lista.

jejej como un suricata, la verdad es que sí, el meloncillo fue la guinda del pastel. Y merece la pena no dormir la mañana un domingo, o levantarte un sábado a las seis de la mañana y que te caiga el diluvio universal, jajaja. Pero bueno, así hay excusa para desayunar un buen pan con manteca, tomate, sobrasada...

y nada, ya sabes, para las demás, mucha mierda, o mejor dicho, mucho...¡¡¡Elanio Azul!!!

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