La muda es un proceso totalmente necesario para las aves. Las plumas viejas ya desgastadas, descoloridas y que empiezan a perder calidad para sus cumplir sus funciones (vuelo, termorregulación, lenguaje corporal...) deben ser sustituidas por otras nuevas. Existen dos tipos de muda: completa y parcial. La primera de éstas se caracteriza, como su denominación indica, en mudar absolutamente todas las plumas, esfuerzo de un enorme gasto energético y que conlleva una gran pérdida de peso. En el segundo de los tipos, la parcial, el ave puede mudar las plumas de contorno del cuerpo o parte de las plumas de vuelo.
El caso de los individuos juveniles es algo distinto. Su patrón de muda viene condicionado por la circunstancia de que son aves que rompieron el cascarón en abril o mayo y han pasado su primera etapa de vida calentitos en el nido, con todo el plumón del que la madre naturaleza y la genética les provee, pero ya han comenzado a hacer vida propia y necesitan una nueva ropa con la que afrontar el otoño y el invierno que se avecina. Sus plumas de vuelo son nuevas, de menor calidad que las del adulto, pero nuevas al fin y al cabo, y les permiten volar sin ningún tipo de problemas. Ante la falta de necesidad de mudar estas plumas, ya que el sustituir las plumas de vuelo que ya tienen no compensa el esfuerzo energético de cambiarlas, el individuo se centra en cambiar sólo las plumas que sí le son necesarias de cambiar, es decir, las corporales, que les van a otorgar cualidades termoaislantes suficientes para pasar su primer invierno.
Así pues, en la mayoría de paseriformes se da lo que se denomina estrategia 1 de muda (Mucho más que plumas), o lo que es lo mismo, los jóvenes del año realizan una muda parcial en su primer verano, mientras que del segundo verano en adelante llevan a cabo mudas completas de verano en verano, no mudando nada durante el resto del año.
En la anterior imagen, obtenida del Atlas de Identificación de las Aves de Aragón (Javier Blasco Zumeta), se muestra la muda postjuvenil parcial del mirlo (Turdus merula). Coloreadas de rojo aparecen las plumas que todos los individuos mudan en su primer verano, mientras que en amarillo aparecen las plumas que sólo algunos individuos mudan. La extensión de la muda parcial está condicionada por factores como la alimentación. Aves con una ingesta considerable se pueden permitir el mudar más plumas en su muda parcial, ya que no les supone un sacrificio energético tan grande como a otras que estén más desnutridas.
Esta segunda imagen, corresponde a una fotografía real de un mirlo tomada en el campo. A pesar de que pueda parecer un montaje con photoshop, no es así, sino que las plumas más pardas o marrones son las correspondientes a la etapa juvenil y las más oscuras, de un intenso negro (ya que es un macho) son las nuevas plumas, cambiadas en la muda postjuvenil parcial. He seleccionado precisamente una foto de esta especie porque el contraste entre plumas viejas y nuevas es muy grande y se aprecia sin ningún tipo de problema. Como se observa, se ajusta perfectamente al patrón que Javier Blasco Zumeta indica para la especie, habiendo mudado todas las pequeñas, medianas y grandes coberteras, carpal, álula, terciarias e incluso alguna secundaria.