lunes, 30 de noviembre de 2009

El ratonero moro (Buteo rufinus)

Hace pocas fechas, escribí una entrada sobre uno de los bichos más de moda en el Estrecho de Gibraltar: el buitre de Rüppell (puedes verla pinchando aquí). Pues bien, hay otro que no le va a la zaga: el ratonero moro.

Se trata de una especie considerada como rareza por SEO/Birdlife en todo el territorio nacional (ver aquí lista de especies consideradas rarezas), por lo que adquiere un especial atractivo. Al igual que ha sucedido con el Buitre de Rüppell, se trata de una especie que hace relativamente poco tiempo ha ido ganando en interés en una zona como el Estrecho de Gibraltar, a tiro de piedra del continente africano, lo que hace menos ardua la tarea de poder observar una de estas hermosas rapaces sin salir de nuestro país. Sitios webs especializados en rarezas, como Rare Birds in Spain, se han hecho eco de alguna citas, siempre dentro del contexto geográfico del Estrecho de Gibraltar, como puedan serlo ésta o esta otra.

Fue hace poco meses cuando empecé a seguirle la pista a esta especie y la verdad es que comencé a sentir un interés por la identificación de ratoneros. Es un tema de gran dificultad, ya que la identificación de especies o subespecies de estas rapaces se determina por sutilezas, pequeños detalles, que a veces van ligados incluso a la edad del animal, pero que por otro lado lo convierten en algo muy atractivo y que despierta una gran curiosidad a mi entender.

Con esta entrada no pretendo enseñar a diferenciar a nadie entre el ratonero común y el moro, incluidas las subespecies de ambos, porque no soy la persona más indicada para ello, pero sí que puedo trasmitir lo que me han enseñado algunos muy buenos pajareros con los que he tenido la suerte de coincidir en el campo.

El ratonero moro presenta dos diferencias principales con su pariente el común: una figura más estilizada gracias a sus alas más estrechas y alargadas; y un tono rojizo generalizado, siendo éste más característico en la cola, que junto a la ausencia en ésta de una banda terminal oscura, suele ser un carácter diagnóstico casi definitivo en la identificación. Esto nos podría llevar a un segundo dilema: cómo diferenciarlo de la subespecie vulpinus del ratonero común, o también llamado ratonero de estepa. Es algo en lo que muchas veces ni los mejores ornitólogos se ponen de acuerdo en el campo, observando directamente el ave. Este verano, y dentro del Programa Migres Planeadoras, se ha certificado la presencia de varios Buteo buteo vulpinus, observados desde los distintos observatorios públicos establecidos en las inmediaciones del Estrecho.

La subespecie vulpinus, no deja de ser un ratonero común, pero de estepa, por lo que las características físicas se vuelven a alejar de las del moro y vuelven a ser más parecidas a las de un ratonero común: animal muy robusto, menos esbelto, pero que sin embargo sigue manteniendo los tonos rojizos del ratonero moro, aunque carece de fase oscura y presenta un barrado en la cola que puede servir para diferenciarlo de éste último, tratándose sin embargo de un detalle no siempre fácilmente apreciable.

Finalmente, os dejo aquí varias fotos de ratoneros moros, tanto de la subespecie nominal Buteo rufinus rufinus, como de la subespecie cirtensis, todas ellas tomadas por Javi Elorriaga:


Ratonero moro Buteo rufinus Long-legged Buzzard


Ratonero moro Buteo rufinus Long-legged Buzzard


Ratonero moro Buteo rufinus Long-legged Buzzard


Ratonero moro Buteo rufinus Long-legged Buzzard


Ratonero moro Buteo rufinus Long-legged Buzzard


Ratonero moro Buteo rufinus Long-legged Buzzard


Ratonero moro Buteo rufinus Long-legged Buzzard

No me gustaría cerrar esta entrada sin antes agradecerle públicamente a Javi Elorriaga que me haya permitido publicar estas fotos suyas en mi blog, así como el haber despertado en mí el gusanillo por estas magníficas rapaces. Un abrazo, Javi.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Las marismas (por el Profesor Lavilla)

No podía desaprovechar la oportunidad de rendir un homenaje a mis amigos. Como voz en off, Antoñito Mellado y profundizando hasta los últimos entresijos y secretos ocultos en el complejo sistema de la Bahía de Cádiz, el Profesor Alberto Lavilla. No tiene desperdicio.



Asociación Ornitológica ARDEA (Bahía de Cádiz)

La espera ha sido larga, aunque más corta de lo esperado. Finalmente, nuestra recién nacida asociación ha visto la luz y esperamos que en breve comience a dar sus primeros pasos.

La idea de la creación de esta asociación ornitológica, nace de lo que entendíamos como una necesidad: prestar a las aves de nuestra Bahía de Cádiz la atención que sin duda se merecen. Nuestro cometido es el de intentar aunar a personas con un interés común: alcanzar a entender el complejo funcionamiento de nuestras poblaciones de aves, para de este modo poder conservarlas y protegerlas de una manera adecuada. Lamentablemente, ellas solas no se pueden defender de los atropellos que cometemos los humanos y si seguimos así, haremos que desaparezcan de nuestras marismas, playas y pinares, por lo que algunos de esos humanos tendremos que posicionarnos del otro lado e intentar frenar el tsunami industrial, contaminante y económicamente influenciado que se les echa encima a nuestras aves.

Recientemente, la Bahía de Cádiz ha sido incluida en el Libro de las IBA -Important Bird Area- Marinas de España, gracias sobre todo a establecerse en nuestras marismas la mayor población costera de Charrancito común. Sin duda, es una razón de más para intentar conservar nuestra avifauna y que nosotros, y nuestros hijos, podamos seguir disfrutando de ella.

Próximamente daremos los primeros pasos y comenzaremos nuestras actividades, inauguraremos nuestro blog y varias cosas más. Si queréis más información o tenéis interés en participar, poneos en contacto conmigo o escribid a http://www.blogger.com/asociacion.ardea@gmail.com.

Un abrazo a todos.

Renovarse o morir...

Como bien me dijo una amiga mía, para hacer borrón y cuenta nueva no hace falta esperar a que llegue el nuevo año con todos sus buenos propósitos, sino que se puede empezar desde ya.

Sin duda, no ha sido (ni está siendo) un año fácil para mí, pero seguramente ofuscarse y encerrarse en uno mismo no sea la solución más acertada, de modo que he decidido dejar la oscuridad que reinaba en el anterior diseño de éste, mi blog, para darle la luz que espero vuelva a tener mi vida próximamente. Toda una declaración de intenciones. Una alegoría a un súbito y necesario cambio de actitud.


Gracias, Rocío.

viernes, 20 de noviembre de 2009

La lavandera blanca (Motacilla alba)

Hace ya años, cuando yo apenas era un niño e iba paseando con mi padre, él me señalaba con el dedo a menudo a un pajarito, que no era muy grande, pero tenía una cola muy llamativa, por lo larga que era en relación al cuerpo. Mi padre me decía que los más viejos del lugar la llamaban "pipita canaria". Por entonces, yo no tenía ningún conocimiento en la materia y casi casi los pájaros me eran indiferentes, pero me parecía gracioso aquel bichito con esa cola tan larga y luego contaba orgulloso que yo sabía identificarlo y que se llamaba "pipita canaria"...

La lavandera blanca (Motacilla alba) es la más común de las lavanderas en nuestras tierras, ya que son residentes en toda la Península Ibérica y en general en toda la costa Norte del Mediterráneo. La subespecie que solemos ver es la alba, que como su proprio nombre indica es mucho más blanca que las otras dos subespecies. Con asiduidad la vemos en céspedes, parques, marismas o en general en cualquier hábitat que tenga vegetación de escasa altura o incluso en ausencia de ésta.

Motacilla alba alba ©Pablo Barrena Pavón


A pesar de ser un pajarillo común y que se deja ver con mucha facilidad gracias a su curiosidad, es en esta época del año cuando se nota un claro aumento de su población, ya que aunque se trata de una especie residente, como ya he dicho anteriormente, es parcialmente migradora, y ahora estamos recibiendo la llegada de las poblaciones más septentrionales, que bien se pararán aquí para luego seguir su ruta hasta África, o bien se quedarán una temporadita alimentándose en nuestros campos y ciudades antes de volver al Norte cuando las condiciones allí sean más favorables.

Hace un par de días, ví algo que me llamó poderosamente la atención, ya que al atardecer había un flujo contínuo de estas pequeñas aves pasando justo por encima de mi casa, emitiendo su reconocible reclamo y volando de su peculiar manera, que las hacen inconfundibles. No se trataban de bandos pequeños migrando al Sur, sino de un auténtico contínuo de lavanderas blancas dirigiéndose de manera inequívoca hacia el Centro Comercial Bahía Sur, ya que curiosamente, es en los árboles de su parking dónde estos animales forman sus dormidores, llegando a congregarse en números realmente espectaculares. Es la maravilla de las pequeñas migradoras. No sólo las rapaces y las cigüeñas se merecen llevarse toda la fama por sus llamativas migraciones...

Así que, un invierno más, vuelvo a recibir con gratitud a la "pipita canaria" en mi querida Bahía de Cádiz...

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La migración del buitre leonado en el Estrecho de Gibraltar

Te levantas a las ocho de la mañana. Un día más de migración en el Estrecho de Gibraltar. "¿Qué nos deparará el día?" Suele ser lo primero que se me pasa por la cabeza cada vez que nos recogen en el albergue y nos encaminamos a nuestro puesto de observación. Es una sensación parecida a la que tiene un pescador que se levanta temprano esperando que sea un buen día, con unas buenas condiciones climáticas y que la cosa se dé bien. La base es la misma...

Ayer tocaba buitres. Los días anteriores habían sido de poco movimiento y de poco paso, pero ayer algo era diferente: se veía África como pocas veces la he podido ver, aunque con un poco de bruma, pero sin duda es algo que ayuda a estas aves tan indecisas a dejar a un lado sus miedos y encarar las aguas del Estrecho para llegar a su destino africano. El ver con sus propios ojos que al otro lado está el sitio al que quieren llegar y no un mar de nubes que no hacen más que sembrar dudas en las mentes de estas aves.

Con todo esto, nos dirigimos hacia el Cortijo de La Hoya y montamos el puesto. Bien temprano empiezan a aparecer cicleos y más cicleos de buitres que poco a poco se van uniendo hasta formar un máximo de 700 individuos juntos, tomando altura, con las alas plenamente abiertas, sin dar un sólo aleteo. Es increíble cómo estas aves de tanta envergadura y que se pelean por la comida de tal manera, sean capaces de olvidar todas sus rencillas particulares durante unas horas por un interés común: llegar con vida al otro lado del Estrecho.

De repente algo cambia. Del enorme cicleo, un sólo buitre sale enflechado con dirección sur, pico a viento y batiendo alas. Claramente es una conducta migratoria. Otras siguen su iniciativa y finalmente todo el cicleo se pone prácticamente en fila de a uno con su mira puesta en Ceuta y con el agua bajo sus alas. Un sólo fallo de cálculo y no llegarán a la costa africana y puede que incluso sea tarde para volver... Por eso, algunos buitres comienzan a girar, arrepentidos, volviendo a volar sobre tierra firme, allá donde se sienten más seguros. Vuelven a ciclear, vuelven a tomar altura y se vuelve a repetir la película: uno se tira y los demás les siguen. Pero esta vez se pierden y se pierden en el horizonte... Se fueron... Desde la otra costa nos avisan de que han llegado 260 buitres. Increíble. Luego otros 400 y así hasta los casi 1100 que tuvimos la posibilidad de ver migrar hacia África ayer. Sin duda no es algo que se vea todo los días y es que la migración del buitre leonado en el Estrecho de Gibraltar se concentra en pocas fechas y estas aves saben que si después de varios días malos, el Estrecho les brinda un día como el de ayer, es una oportunidad que no pueden permitirse el lujo de desaprovechar...

Nos volveremos a ver dentro de poco en suelo español, cuando hayáis completado vuestro periplo por el continente negro...
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